Nada más que
un amor egoísta
para escribir
su nombre
borrando el mío.
Nada más que
un amor precioso
para esconder dentro de sí,
esas ansias de poseer mi alma
sin más consuelo
que perderlo todo,
y darle un sentido
a este corazón atormentado
por el viraje de los vientos.
Te dejo mis sueños,
mi nostalgia moribunda,
y de herencia las palabras
breves e infinitas
con las que olvidé
que el amor es triste
como tan hermoso su calvario;
que el amor es tuyo,
siempre,
como mío es el pesar
y la resignación,
la excelsa vanagloria
el corazón y su lastre
de culpas eternas,
todo lo que insulta
la razón,
juzgándolo,
perdonándolo.
Resulta que sin luna
en el desierto
no hay poesía
ni esperanza alguna,
y resulta que sin mi
pudiste volver
a la libertad
de tu claustro,
como si mi ausencia
fuese una condición
para el olvido.
Sin mi
no hay nada más
que el viraje
de los vientos,
desbocado,
pretérito
en un planeta moribundo,
mudo y alzado,
y el horizonte prometido
no es más
que la excusa inclemente
para despojarnos
de la brújula del alma,
la señal de la libertad,
y quedarnos taciturnos
en la deriva
del atardecer,
mustios, inmóviles
como un óbice de nubes
que trasciende el cielo,
cuando inicia el caminar
de las estrellas.
Te prometo,
mi querida ilusión,
que mientras aprecie
este viento
que hoy susurra
tantas despedidas,
aquí me dormiré
con tu nombre escondido
en el secreto juego
que florecerá
en mi epitafio:
sólo el viento.
Y tú,
cuando todo cambie,
cuando termine.
Alejandro Cifuentes-Lucic © Catalejo 2012
Libro: Escritos Metalúrgicos / 2012
Fotografía: “Luna inventada”. Original de Chicho Valentino (España). Usado con permiso del autor. Todos los derechos reservados ©.
2 respuestas a “El viraje de los vientos”
También escribes sobre el viento, ¿Eh? Aunque no es de la misma manera (aunque debo reconocer que en esta poesía se hace un poco parecida, curiosamente) me recuerdas a José Cedes, «Rey del Viento»: Una «femme fatale» les hizo terminar escribiendo un desahogo, o varios de ellos, porque la memoria de aquellos sentimientos parece difícil de borrar… o perdonar, si también se pudiera usar esa palabra.
Espero que sólo sea idea mía, de todas maneras, y que en realidad haya paz en tu espíritu.
Saludos
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Què bonito Alejandro » … y que sin mí no hay nada más que el viraje de los vientos, y que el horizonte prometido no es más que la excusa inclemente para despojarnos de la brújula del alma y quedarnos en la deriva del atardecer,…»
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