No dejo de verte prohibida en mis sueños.
No dejo de verte en realidad, así escondida,
inhibida en el rocío espeso del anochecer atezado en el desierto,
en el sombrío reflejo que inmaculado deja huella en la intolerable soledad de ti.
No soy nadie para que sueñes de mi amor:
siendo la delgada y sutil umbría de un sueño,
temo más que despiertes esta noche
y deba desaparecer en el olvido mucho antes que amanezca.
Abrumando pronto la despedida del amanecer,
la compañía insolente de este amante que no duerme,
huyo entre el eclipse silencioso que juega a esconderse
de la luz que fluye libre y materializada en este adiós.
Declaro recorrer el ignoto territorio de tu cuerpo
diluyéndome trocado en un reguero de fuego,
en un flujo salado que surge sacro desde mis entrañas,
indolente si se trata de sobrevivir esta deriva sin ti.
Si supieras de mis ojos, si suspirases de mi amor,
no tardarías una vida en resolver el breve enigma de mis palabras,
en verme fuera de esta trama de mentiras y verdades,
que sostiene mi nueva mirada del mundo y las estrellas.
¿Te dije que eres el tierno enredo de mi madeja,
la que no cesa de tejerse puntada a puntada
en los hilos gruesos e invisibles de mi vida?
¿Te dije que eres el color de la lluvia que sangra en mi interior?
Alejandro Cifuentes-Lucic © Catalejo 2010
El Color de la Lluvia – 2011 [Borrador]
Photograph: “One” – Original by Marijana Lucic (Kikinda, Serbia). Artwork used with permission.
4 respuestas a “El color de la lluvia”
y tan solo si te dieras cuenta, que el color de la lluvia lo tienen tus ojos.
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Y saber de sus ojos sin siquiera imaginar sus palabras. Y viceversa.
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Tus palabras son… la verdad ni como describirlas. Gracias.
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Oh, how you know your way with words. You are just playing and rearranging them to perfection. But they are not just words, they each so separately show emotion. They are the essence of the soul it self.
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