Una deuda saldada sin esperar el resultado.
Conocí una mujer que la vida terminó por etiquetar como la pecadora de Veracruz. Su historia sucedió, por así decirlo, hace muchos años atrás. Veinte exactamente. Tuve la suerte de verla hace unos días, a cierta distancia, esta vez en la ciudad de Barcelona, una mañana cualquiera en que la intuición me llevó a transitar arbitrariamente por las calles peatonales de los cafés y los bares, lejos de la universidad. Me llamó la atención su rostro páli … Read More
via Catalejo
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