¿Has mirado tus ojos?
¿Te has detenido a observar la magnificencia y el brillo que reflejan tu mirada,
que encandilan la perspectiva encendida y dilatada de tu visión?
Tus ojos: luceros, fanales, ocelos, iris, pupila, niña, retina.
¿Has visto en ellos dibujarse la profundidad, la gravedad, la circunspección, la elegancia de tu mirada?
¿Has logrado captar el instante infinito que tu mirada enfoca, somete, desnuda,
agudiza las visiones que dan sostén eterno a la opacidad de la vida?
¿Has dimensionado cómo tu mirada se relaciona, se articula, se concatena al mundo y al universo
en un intenso festín de colores y oquedades?
¿Has mirado tus ojos?
En ellos se acomoda, se asimila, se ilumina la cadencia peregrina,
la esencia cristalina, el contenido significante, la chispa inteligente
que colma numerosa los caminos, los parajes, los mares, los desiertos y los campos de hielo
y establece el milagro de ver y no ver, volver a entrever, mirar y descubrir,
con esa suave y repentina dicha retenida en el nacimiento de la aurora,
en la hora del crepúsculo, en la trayectoria libre de la luna,
en el escrutinio de la luz y de las sombras, en la inmortalidad causal de las estrellas,
en el viaje silencioso que traza la conjunción de dos puntos,
la distancia que media entre la opulencia y la desolación,
la diferencia que devela el simple misterio de esta ecuación:
¿Has mirado realmente tus ojos?
En ellos se refleja mi silueta, amándote.
¿Me ves? Sí, si me ve…
Alejandro Cifuentes-Lucic © 2010 – Libro M
Photograph: “Glasses” – Original by Firman Hananda Boedihardjo (Jakarta, Indonesia). Artwork used with permission.
2 respuestas a “Un viaje silencioso”
…en el escrutinio de la luz y de las sombras, en la inmortalidad causal de las estrellas, en el viaje silencioso que traza la conjunción de dos puntos, la distancia que media entre la opulencia y la desolación… ¡Qué belleza, Alex! Y que hermoso comentario el de Eduardo. Los veo a los dos.
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Wow, Alex, lo que has creado en tan solo unos minutos. En los últimos minutos del fin del día, en los últimos minutos en que has colmado de preguntas, respondiéndote a ti mismo. En esos últimos minutos donde has desmenuzado cada segundo, cada centésima, cada milésima.
No sé si te verá, pero de lo que sí estoy seguro, es que te he visto en los últimos minutos de éste día…
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