Nuestro amor
yace dormido
en una fosa olvidada
por el destino.
Y ese destino
seco y desmedido,
no es otra cosa
que un periplo ciego
en la inesperada oscuridad
de las palabras;
hado infértil
que todo lo va apagando,
seduciéndolo,
atenuándose deslucido
como el telón del universo
que extingue de fuego y vida,
aquellas estrellas finales
que yacen muertas
en un fondo umbrío,
diseminadas y silentes
como mariposas
ahogadas en brea.
No pretendí
construir una eternidad
entre nosotros;
hacerlo hubiese
sido apostar
por una suma imponderable
de pretextos:
contigo solo fui
la circunstancia de mi ser,
de mi inconsciencia,
el apartado fugaz
que creyó vivirse
de labios y abrazos,
renunciando melancólico
a la encrucijada del pasado,
a un tris de no ceder y cabalgar
sobre la empedrada avenida del futuro,
madre cruel y voraz del presente
y su inmanente hipocresía
(y tal vez,
solo tal vez,
en el aplomo
de…
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2 respuestas a “Amor dormido”
¿Serendipia?
Pues como acabo de terminar una pequeña poesía relacionada se las comparto:
CATALEJO.
Hasta cuando perseguirás las notas de tu alma,
aventurero juglaresco y amante con catalejo?
buscas libertad, amor, paz, calma?
en tu interior están, no viajes lejos!.
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Es todo un poeta, le felicito por tan hermosas letras.
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