La carta de los amantes

Yo soy tu secreto,
ese que llevas prendido
en tu piel
como un punzante
tatuaje de tacto,
sudor y sal.

Mi silencio habla de palabras
que solo quieren gritar tu nombre,
y tu nombre es la verdad de mi silencio.

Y yo soy la irrealidad
de esta verdad
impaciente,
de este amor invisible que convive
entre rumores, sombras y preguntas,
en la trágica encrucijada de los amantes,
quienes para amarse
deben olvidar las huellas
que disemina el relente de su amor
por este mundo.

Si tocara tu piel con un beso,
ardería el mundo,
sí,
pero necesitaría del auténtico valor
de un soñador
para dejarte ir,
para resignarme a que te alejes
de mi vida
recorriendo las calles
de esta prisión,
en la que convivo
con la infausta convicción
de ser un accidente,
un acto de utilería,
un gesto fatalista,
un sarcasmo del destino
que provocó la transgresión
de tu felicidad en la mía,
de tu mano pidiéndome alas
para amar así de desbordados
en las noches en que la luna
es otra cómplice de estos breves besos.

Cada día presenta
la gravitante duda
de volver a verte,
sin verte,
de intentar hacerlo rompiendo
las reglas del reloj,
de la causalidad,
invocando la complicidad
de las circunstancias
y el amor secreto
que desencadena a gritos
su existencia,
a pesar de las advertencias escritas
con el sabor de una aventura
que fructificó en la pasión
de dos almas,
en la colisión del hado
de nuestros nombres,
en la triste certeza que un amor así
solo vive el hoy.

En la circunstancia de los amantes,
conocí a una mujer cuyo destino
merece el mejor de los hombres,
y aunque me someta a morir
como su amor secreto,
en la eterna soledad
de las decisiones,
nadie leerá las atrevidas letras
de esta carta sin destinataria,
que hoy me atrevo a descubrir.

Alejandro Cifuentes-Lucic © 2010
El imperio de las migajas – 2011

@CifuentesLucic

Photograph: “Kiss & Goodbye” – Original by Marijana Lucic (Kikinda, Serbia). Artwork used with permission.

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3 respuestas a “La carta de los amantes”

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