No puedes abrir los ojos
y la realidad de la existencia
nos recuerda abruptamente
la mortalidad de la carne,
ese rocío vacuo de una tristeza inmensa
que todo lo impregna,
que todo lo empaña
y lo envuelve en el sudario de quien menos lo espera,
y que con los ojos cerrados,
ve partir sus sueños,
sus ilusiones,
su sonrisa secreta,
en un instante gris de sorpresa,
colmado de la niebla amarilla y amarga de la muerte.
No puedes abrir los ojos
y la fragilidad de la vida se hace triste manifiesto
cuando expiras el último jirón de la presencia
y de súbito se evapora la mirada,
se marchita la risa,
se seca el rostro,
se enfrían las manos,
se endurecen los pasos,
se muere la hermosura,
se triza la esperanza en una compuerta de cal,
se endurecen las lágrimas en una costra de sal.
No puedes abrir los ojos
y la vida queda muda ante la muerte
entre amores, recuerdos,
nostalgias y sollozos,
pendida en cada gesto,
en cada recuerdo,
en cada encrucijada de los caminos,
en cada vértebra de los árboles,
en cada canción del viento salvaje,
en cada onda sinuosa de las mareas,
en las pecas oscuras de la luna,
en la habitación llena de estrellas del universo,
suspendida en ti,
perdida en el ayer,
prendida para siempre,
ausente como tu mirada.
A mi abuelo Nicolás.
A mi amigo Paul Mozó.
A mi amigo Marcos Peña Jones.
A mi compañero Ronald Wood.
A mi amigo Luis Ravanales.
A mi amigo Arturo Santos.
A mi hermosa y querida tía Lala.
A mi querido tío Davor.
A mi inolvidable y amada abuela Ángela.
A mi querido y entrañable abuelo Manuel.
A mi querida y linda tía Dorka.
A mi querido tío Rubén.
A mi querida tía Leyla.
A mi querida amiga Carolina Cortéz.
A mi querido amigo Guillermo Molina.
A Freddy Peña Collao.
A mi querido y recordado suegro Hernán, padre de Mónica.
A José, hermano de mi querido amigo Eduardo Gómez-Allende.
A Antonio, hermano de mi querida amiga Santa Guzmán Terrones.
Todos mis muertos.
—
Alejandro Cifuentes-Lucic © Catalejo 2010
Photograph: “Old Face” – Original by Marijana Lucic (Kikinda, Serbia). Artwork used with permission.
2 respuestas a “No puedes abrir los ojos”
Mis recuerdos para ambos… Gracias!
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Estás al día, como buen amigo. Como hoy no va a contestar, estaremos con él.
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